Espacio repleto de reflexiones, relatos, historias, opiniones...

Textos llenos de pensamientos intensos, de palabras de aliento.

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Algún lugar hacía falta donde poder expresar todo lo que por dentro uno guarda.
O simplemente opiniones que se retienen en el interior, causando dudas...
A este lugar se le bautizará como el jardín de las opiniones, donde crecen ideas, e incluso se podrán plantar en él sentimientos, que quizás, algún día den su fruto...
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Éste soy yo, éste es mi ser.

2018-07-27

Pequeño desastre

Así me presento, sin rodeos. Un pequeño puto desastre. Alguien a quien los horarios le comen y a quien los sueños le quitan el insomnio. Alguien que pone diecisiete alarmas seguidas y se despierta a la número trece -con mucha suerte- siendo el resultado volver a levantarse casi dos horas tarde. Ese que quiere ser de los últimos en felicitar los cumpleaños y siempre se le acaba pasando el día, la semana... a veces el mes o el año entero.

Qué quieres que le haga, si soy el ejemplo que las madres ponen de lo que no habría que hacer.
Soy de los que les gusta ir despacio, pero con mala letra. El mismo que escribe tres veces una carta para terminar rompiéndolas todas y no mandar mensaje alguno. Al que el dibujar le frustra tanto como borrones hace del simple boceto de apenas un trazo.
"Esto lo estoy empezando mal. No debería de ser tan torcido para hacer... bueno, no sé lo que quiero hacer". Y así con cada idea en la cabeza. Nunca sé a dónde quiero llegar. Pero sé que no me gustan los caminos que tomo. No sé lo que quiero decir pero soy capaz de hablarte durante dos horas -sin olvidar que mínimo diez veces te preguntaré si te está aburriendo o si estás escuchando por cumplir-.

Exacto. Soy ese que demasiadas veces habló de sus ilusiones, de sus pasiones, pero a gente equivocada. Eso me enseñó a no querer molestar a nadie.
- ¿Cómo te encuentras?
- Bien, supongo.
Porque no podía ir más allá. Todos los que preguntaron era por cordialidad. Ellos querían escuchar un Bien e irse con la sensación de haber hecho lo correcto. Si tu respuesta fuera "Pues bueno... llevo mala racha. La verdad es que estoy mal por..." ¡Cállate! No quería escucharte hablar tanto ni me interesa tu situación.
Soy ese pequeño y puto inocente que pensó que el hablar y abrirse crearía interés en alguien.

Soy a quien le gusta el café caliente pero se despista tanto que termina bebiéndoselo frío. Soy a quien le gusta los abrazos interminables pero nada más recibir uno, da un par de palmadas en la espalda y se separa porque "Joder, ¡qué pesado y pegajoso eres!" Soy quien diría cada día Te quiero pero -tras ser adoctrinado en el silencio- se calla, no vaya a ser que crean que eres un interesado.
Soy de los que se enamoran fácil -con el peligro que ello conlleva- pero que se desenamora aún más rápido porque Quién querría estar con aquel que está roto, habiendo siempre mejores, habiendo siempre alguien más. Soy quien ha aprendido a base de duras hostias que todos somos prescindibles -siendo esa lección una en la que el más prescindible era yo-.

Soy ese desastre que intenta solucionar algo huyendo.
Soy quien odia la violencia y prefiere recibir una ráfaga de disparos a producir heridos.
Soy un desastre que -tristemente- prefiere quedar de malo, a hacer sufrir.

¡Qué quieres que le haga!
Solo soy un puto desastre que no sabe solucionar nada y que tras caer en un oscuro agujero, en vez de buscar la salida, se acomoda y deja pasar el tiempo mientras, sin crear interés ni contar nada, piensa que le vendrán a ayudar.

Soy quien escribe por no hablar.
Soy quien calla por no interesar.
Soy quien no quiero ser.
O quien quise siempre ser.

Soy el desastre que fabriqué.