Espacio repleto de reflexiones, relatos, historias, opiniones...

Textos llenos de pensamientos intensos, de palabras de aliento.

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Algún lugar hacía falta donde poder expresar todo lo que por dentro uno guarda.
O simplemente opiniones que se retienen en el interior, causando dudas...
A este lugar se le bautizará como el jardín de las opiniones, donde crecen ideas, e incluso se podrán plantar en él sentimientos, que quizás, algún día den su fruto...
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Éste soy yo, éste es mi ser.

2019-09-02

Fantasía

Me dicen que estoy enamorado -¡menuda locura!- y que vivo en un mundo de fantasía.
Bueno, la verdad es que ante eso último... solo puedo admitir que desde que le conozco, la fantasía es uno de mis géneros favoritos. Y las fantasías, el lugar en el que habitúo junto a ella.

"Joder, prometiste que no volverías a hablar de..." ¡Pero es imposible! No sé cómo el mar de su mirada inunda cada sueño que tengo y sus gemidos mecen el descanso en el que me veo sometido cuando la luna más alta observa cómo un charco de quizás, ojalá y deseos separa nuestras ganas.
El vestido de lunares con el que juega a ser quien más provoca y el oro de sus cabellos brillan en mis recuerdos y en los misterios del abrir los ojos y encontrarle. Mirarle -y qué manera de perderme en el tiempo; de parar las agujas cuando duerme a mi lado- y no saber quién de los dos está soñando realmente. Saber que el mar en las sábanas vino tras una discusión por decidir qué color elegir en los dibujos de nuestros cuentos. Esos en los que -odio que cualquiera lo haga, pero ella me pudo- con las historias de su pasado logró crear un personaje en mi futuro.

"¿Qué habíamos dicho de hablar de los sentimientos? ¿No juraste no volver a volar ni dejarte llevar por la corriente?" Quiero flotar. Quiero volar y viajar atrás en el tiempo. A las oscuras playas de su paraíso y de caer. Aterrizar de emergencia sin primeros ni últimos auxilios. Dejarme llevar y que su brisa sea lo más corriente que respire. Quiero volar, sin importarme lo que deje en la tierra, a su norte. A sus raíces y a su desnudez. En nuestra naturaleza. Entre árboles y arenas en los que la ropa sobra y en los que -sin tener las prendas nada que ver- nos sentiremos realmente desnudos, frágiles y humanos.
O animales, si los cuerpos lo exigen.
Pero seremos.

No escribo fantasía -aunque desde que la conozco, es algo que me encanta experimentar-, pero cada vez que es protagonista en mis noches, escribo algo nuevo.
Nuestros buenos días se resumen en poemas y en sentimientos explotados.
Nuestras buenas noches, en deseos y sexos encontrados.
Las ganas de probarnos son los desayunos que, junto a un café, abren el apetito de nuestros cuerpos.

Enamorado, me dicen.
Que deje la historia seguir, me dicen.
Que no juegue unas cartas de las que me pueda arrepentir.

Pero esta fantasía, la escribo yo.
Ella tiene nombre en esta portada y cuerpo en cada texto.

Me juré no hablar más de ella. O al menos, intentar ocultarla. Pero cada vez que la pienso, su bandeja de entrada recibe varias líneas de mi corazón expuesto.
Y ese corazón... explota. Manchando mis paredes de sus gritos y jadeos. Y haciendo que vean en mi... -no lo digas, joder; que no es así...- quizás...

¿Un enamorado?

Quiero volar.
Estrellarme.
Arriesgarme.
Disfrutar...

VIVIR.