Espacio repleto de reflexiones, relatos, historias, opiniones...

Textos llenos de pensamientos intensos, de palabras de aliento.

"
Algún lugar hacía falta donde poder expresar todo lo que por dentro uno guarda.
O simplemente opiniones que se retienen en el interior, causando dudas...
A este lugar se le bautizará como el jardín de las opiniones, donde crecen ideas, e incluso se podrán plantar en él sentimientos, que quizás, algún día den su fruto...
"

Éste soy yo, éste es mi ser.

2016-12-16

Putos domingos

Escribiendo un jueves noche (más que de noche, madrugada), víspera de viaje, pensando durante varios días "putos domingos". Desde hace dos semanas teniendo ese sabor amargo de un fin de semana sin emoción, sin motivación. Con varias ideas en mente, pero ninguna acción visible. "Me apetece escribir. Tengo ganas de componer algo. Tendré que limpiar la habitación. A ver si recuerdo en hablar a esa persona que llevo tiempo queriendo. Tengo que contestar los correos. ¡Hostias! No olvides de organizar la próxima clase. Tienes que terminar de apuntar cada objeto a tener en cuenta en esa maleta." Y al final, horas y horas perdidas frente a unos papeles que no se llenan, con un boli en mano que sirve más de chicle que de otra cosa.

"Putos domingos" acaba susurrando la voz que intenta evitar todo en mi cabeza. "Es un miércoles, pero aun así tengo esta sensación de inutilidad, de desgana y cansancio por no haber hecho nada. Demasiada carga tengo ya y se van sumando más problemas".
¡Cómo voy a saber qué hacer o qué organizar, si no sé ni qué es lo que quiero o cómo voy a terminar cada trabajo pendiente!
Odio cuando a las espaldas manipulan factores, odio cuando mueven opiniones que no son reales y más todavía si intentan cambiar la visión de alguien hacia otra persona.
Odio el desorden y más cuando es causado. Que por más querer tenerlo todo agarrado, terminamos no pudiendo sujetar todos los cabos y acaba tambaleando cada detalle.
Odio el intentar sonreír cuando no apetece y sobre todo el hacer creer que todo está de maravilla cuando tu humor es una mecha que se consume rápido y explota con el mínimo fuego acercado.

¿Por qué sigues por ese camino, si sabes a todo lo que te enfrentas y todo lo que te vas a encontrar?

De verdad, solo me consuela el saber que hay personas que realmente merecen la pena. "He sufrido durante tanto tiempo, ¿para qué? ¿Acaso voy a ver resultados o tendré el agradecimiento de alguien por todo lo que en mis espaldas cargo?" Y entonces sucede. Una persona, una simple persona, sin importancia aparente, sin protagonismo diario, que te sonríe. Te mira. Se ríe al hablarte. "Por ti vuelvo a tener ganas."
Que me caigan miles de flechas más sobre el cuerpo, -como en la famosa película de 300- o que me vuelvan a decir que no puedo y critiquen una vez más. Al fin y al cabo, en ocasiones siento que tengo la capacidad de aguantar muchos golpes con tal de ver a alguien sonreír.

-¿A qué viene un relato personal? ¿Por qué escribes tonterías en primera persona y has cambiado de estilo para narrarnos situaciones?-
No lo sé. Me hallo saltando dudas y esquivando preguntas con tal de no encontrarme con crueles y desgraciadamente, crudas respuestas.
¿Qué me puede motivar? ¿Qué me hace feliz?
¡Qué de preguntas aún por responder! Y eso si realmente tienen respuesta o son algo más que el famoso "pues no lo sé".

A veces me siento tan cómodo entre los disgustos hacia mi persona que me pregunto si realmente he nacido para ver mi persona feliz, o ver los demás crecer y ser felices.

Pero paso de contestar a todas las dudas que, como cada puto domingo, pasan por mi cabeza queriendo ser contestadas. Y como cuando esperas los días para ver a alguien especial, o como cuando sumas días desde el último día que probaste un cigarro...
"Ya es otro puto domingo sin querer contestarme, y llevamos más de 100."

Lo siento semana, pero para mí, en ocasiones, eres un constante domingo.

2016-11-30

El placer de destrozar la cama

El placer de hacer la cama es tener la oportunidad de volver a deshacerla, como niño que abre un nuevo regalo tirando de cada esquina, destrozando las hojas que rodean su ilusión (aunque muchos seamos los que abrimos los regalos con precaución, sin querer marcar siquiera ese envoltorio).

El placer de deshacer la cama es la infinidad de planes que te ofrece, pudiendo descansar, cansarte más, soñar, mirar el techo durante horas meditando sobre cada minuto que has vivido, cada minuto que has desperdiciado, los minutos que vivirás o dejaste de hacerlo. Te ofrece abrir una ventana de planificación, una puerta de sufrimiento...

El placer de abrazar la cama es la seguridad y lo que te arropa. Es el llorarle y contarle tus miedos, es el verte en tus momentos más frágiles y a su vez en tus instantes más llenos. Es verte sintiéndote más humano, más sensible, o cuando te hacen sentir posesor del placer y del control del sudor que manchan las sábanas.

El placer de volar en la cama es el instante en el que despegas en un abrazo, una caricia, un susurro... que te ponen los pelos de punta y te hacen estremecer.

El placer de tumbarte junto a alguien en la cama, es el poder conocerle en su humanidad, el poder masturbar su alma mientras tocas sus sueños y besas sus miedos. Tocarle los placeres y hacerle gemir de ilusión, de esperanza. Es disfrutar entre abrazos lo que la cruda realidad nos impide y hacer de ese instante uno sin tabúes,

El placer del camino en la cama, son las caricias a cada curva del circuito de su cuerpo. Parar en cada salida a follar sin tregua hasta que nuevamente abran las carreteras de la piel. Sujetarse a sus caderas cuando las gotas de sudor mojan y peligran el camino y no apagar nunca la luz de su mirada.

El placer de la cama, es el poder hacerla, deshacerla y destrozarla.


El placer de destrozar la cama, es con quién lo hagas.

2016-11-07

Ángel esmeralda

Y ahí me encontraba. Entre paredes oscuras e inexistentes creadas por mi mente. En una caja claustrofóbica que no me dejaba ver más allá de lo impuesto.
Una caja completa por mí, pero a su vez más vacía que nunca. Llegué al punto de sentir no tener nada, de encontrarme perdido sin saber dónde estaba y el punto en el que iba mi historia.
Con la llegada del otoño, cual hojas cayeron mis ilusiones al suelo, siendo pisadas por todo aquel que pasaba por la calle de las almas errantes; caminando muertas entre corazones latiendo vacíos, sin sentido.

¿Qué sucedía? ¿Cómo teniendo tanto, al final, resulté sentir no tener nada?
Efímeras sensaciones y satisfacciones que te aportaban cuerpos e ilusiones de minuto y medio.
Un ambiente en el que con mucha gente, con muchos apoyos, con muchos seguidores... te sientes solo. No hay nada que te ilusione, no tienes qué te llene y pierdes las ganas de despertar.

¿Para qué intentar nada si desaparece como el humo a segundos de ser expulsado?
Las sonrisas no serían más que maquillaje para lograr quedar marcado en páginas que nadie leerá, en leyendas que nadie recordará. Entonces... ¿Qué quería hacer? ¿Qué quería lograr?
No tenía claro el camino ni meta. Daba vueltas a mis propios problemas buscado en ellos una salida que me desbloqueara.
Nuevamente cada amanecer era un nuevo tobogán hacia mis miedos, era una puerta hacia el abismo. Y con miedo de sentirme cómodo en ese fondo de autodestrucción.

Pero entonces aparecieron ante mí esos dos ojos con brillos de esmeralda. Esa sonrisa con energía, esas palabras de confianza que tiraban de mi camisa para sacarme del mar de lodo que me absorbía cada día.
Un ángel que diariamente visitaba mis horas muertas, mi tiempo sin vida, para dar una razón de peso al luchar, al no caer. Al no dejarme vencer por mi propio diablo.

Ser altruista con entrega diaria, con sesiones intensas de apoyo involuntario.

¿Cómo iba a saber que sin darse cuenta estaba salvando una vida como mínimo?
¿Cómo podría decirle que mi vida tomó sentido al querer verle vivir?
¿Cómo explicarle que ahora en mí perduraban sus alas haciéndome volar?

Quedan muchas escaleras para salir de mi infierno, pero el brillo de esos ojos verdes será el que me ayude a no rendirme.

2016-09-21

La chica de los ojos tristes

Bendito o maldito el día en el que la conocí.

Envuelta en colores desaturados, con el marrón otoñal cubriendo cada paso que daba, mirando al sueño contando las baldosas que pisaba, muchas de ellas rotas como sentía ella su interior.
La chica de la mirada perdida, de los sueños caídos y cortinas rasgadas. La chica de la almohada bañada en lágrimas y esperanzas en añicos hundidas en papeleras.

No había luz que le hiciera sombra, el oscuro pasado la encerró en rincones de su habitación que nadie conocía. Era un mundo no descubierto, era una persona desconocida para todos. Nadie sabía de ella, nadie conocía su historia. Pero ahí apareció, breve cual golondrina en la ausencia de verano, bajo la ventana, marchando en busca de un calor perdido en otros paisajes.

Cambiaba de color de pelo habitualmente, intentando encontrar la salida a su monotonía, alternando caminos entre calles, y probando diferentes cigarros a la hora de pararse a pensar en qué le depararía el nuevo, pero a su vez repetido día.
Pocas veces aceptaba ayuda, pocas veces pedía compañía y siempre le extrañaba la idea de que alguien quisiera estar junto a ella para vivir aventuras, para saltar a un nuevo capítulo con posibilidad de sacar sonrisas. Esas que poco comunes eran en su vida y que tenía inmortalizadas en una fotografía colgada en su pared, como un recuerdo imposible de revivir.

Si se viera con mis ojos, recuperaría las ganas de luchar por ella. Comprendería todo el sacrificio que estaría dispuesto a realizar si con ello consiguiera verla libre, volando hacia el lugar donde sintiera calor en su interior y no fueran solo grietas sobre su helado pecho.

Si tan siquiera quisiera luchar...
Si tan siquiera quisiera intentarlo...

La chica de los ojos tristes, que siempre intenté que fuera la chica de los brillantes ojos color dorado.
Los ojos que sin decir nada y queriéndote lejos, pedían ayuda.

2016-09-09

Entre lunas y estrellas

"Y paras a recordar, y paras a pensar, y paras a imaginar...

¿No os ha pasado el querer expulsar todo y no encontrar manera? El comenzar a sacar y plasmar palabras y de golpe, quedarte en blanco. Por algo, por alguien. No saber cómo decir aun teniendo cientos de palabras a las que recurrir.

Recuerdas el tropezar con tus pensamientos por esquivar sentimientos. Recuerdas caídas en oscuras situaciones que tú mismo creaste.
Pensando las veces que las estrellas se rieron de ti al verte solo entre flores que ocupaban el lugar donde debía ir tu mitad. Cómo despertabas acompañado, pero nunca por un cuerpo sino por la fiesta que formó el alcohol en tu habitación al conocer la pena del fracaso. De cómo cada noche su figura empañaba la luna, y nunca era la del coche.

Si supiera las veces que la alfombra me contó que echaba de menos el tacto de su espalda, las veces en las que el espejo extrañaba cada curva que su cuerpo producía al quitarse la ropa.
El objetivo de la cámara tenía contados los lunares de su espalda, aquellos que con la yema de los dedos recorrí, dibujando un sinfín de sueños, rotos al amanecer cuando el cuerpo desaparecía.

Aunque no la veas, aunque esa figura se aleje de ti, sabes que sin su existencia no podrías vivir. El mundo comenzó a girar entorno a la intensidad de sus ojos tristes, de su falta de sueño, de su falta de sueños... Las estrellas arropaban su cama, a falta de luz, a falta de ilusión.

No está, pero a su vez forma parte de tu día a día, sigue guiando la dirección de tus acciones.

En qué momento pensé que dejó de ser, que dejé de ser con ella.
No olvido, no me ausento, no me separo... simplemente, vivo teniéndote en mi mente, en mis canciones, en mis poemas, entre mis líneas y mis sueños.
Quisiera abrazarte cada mañana, pero temiendo que sin despertarme, te levantaras y marcharas nuevamente entre las lunas y estrellas..."

2016-08-21

Esencias perdidas

¿Sabes ese momento en el que lo das todo pero falta algo?
¿Sabes de esa sensación de no saber lo que realmente quieres?
¿Sabes el cómo alguien puede ser feliz pero hay algo que no le deja decirlo o creérselo? 

Desde pequeños moviéndonos por sueños, por ganas y por fuerzas inexplicables para poder ser felices. Queriendo llegar a lo más alto, sin ponerse una meta fija. 
Como dijo Miguel Ángel Buonarroti: "El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, sino que sea demasiado baja y la consigamos." Y siento a veces, que muchos peligros, por mucho que son advertidos, son imposibles de evitar.

Vidas plenas, llenas de energías, con muchas medallas de las que enorgullecerse, pero aun así falta algo que haga que realmente sientas que todo ha merecido la pena. ¿Un reconocimiento? ¿Un detalle? ¿Una palabra? ¿Una esencia?

Esa ausencia desconocida que te impide sentirte completo y consigue que te hagas cada día más y más pequeño, con menos fuerza, con menos ganas de seguir luchando.
Cada pequeña caída te parece la más grande, ves imposible el levantarte, sientes que ya pocas cosas lograrán hacerte sentir completo, pues crees que no queda nada que te haga recuperar la ilusión por la entrega.

Una compañía, unas palabras, o simplemente, un abrazo es el que buscas entre las páginas del pasado para intentar que hagan recuperar la ilusión, la fuerza, las ganas...

¿Qué es lo que realmente falta? ¿Qué es lo que realmente buscas? Si resulta que estás dando vueltas en círculo sin saber por dónde salir o por dónde empezar. Buscas lo invisible, buscas lo desconocido, buscas algo que no aparece ni asoma.

¿En qué momento perdiste la esencia por el luchar y descubrir? ¿En qué momento olvidaste ser feliz?

2016-08-02

Destrozar

Destrozar, me gusta destrozar todo.
Destrozar papeles mientras hablo, destrozar la hierba en ella sentado.
Destrozar la idea que tienen de mí actuando completamente diferente, destrozar las ideas que tengo del día a día improvisando los planes.
Destrozar mis sueños haciéndolos realidad, o tirándolos a la basura.
Destrozar los monstruos que atormentan a los demás, invitándolos a pasar en mis noches por mi cabeza.
Destrozar mi reputación con tal de no dañar a otra persona.
Destrozar mi fe en mí mismo al saber que hago el idiota en ocasiones por no seguir mis ideales con tal de conseguir salvar a alguien.
Destrozarme por dentro al tener que dañar para curar. Al saber que es más fácil hacer que te olviden por gilipollas que por alguien que intentó y no pudo.
Destrozar cada carta que escribo por saber que no tendrá receptor.
Destrozar las plumas que no me hacen escribir más que de lo que ya tengo roto, de lo que no puedo hacer y de lo que perdí...

Destrocé varios recuerdos, y ahora me veo incapaz de reconstruir unos nuevos.
Destrocé mi sonrisa por camuflar el dolor, y las cicatrices llegaron más adentro de lo previsto.

Acabé destrozando todo lo que tengo, todo lo que hago... por no saber dedicar un momento de mi vida a lo que nunca podría destrozar...
Pensé que destrozando todo lo que rodeaba, evitaría cualquier peligro para conseguir que se mantuviera vivo, que se mantuviera feliz, que se mantuviera lúcido aquello mismo que por no dedicarle tiempo, acabó destrozado.

Me destrocé, para acabar siendo destrozado por el vacío.

2016-06-08

Seguramente no recuerdes nada

Harto de las mil vueltas que dan mis palabras alrededor de tu nombre, bailando entre tus vocales y nombrando las consonantes.
Cansado de pensar que volvería a encontrarte, en la misma parada de siempre esperando mi llegada.

Se fue, simplemente, ese pasado marchó.

Se fueron las tardes bailando el recital de aquel coro de los niños que éramos cuando juntos disfrutábamos del juego de aguantar serios, consiguiendo la sonrisa ajena entre cosquillas terminadas en abrazos.
El cielo que bajaba a tus caderas mientras besaba tus labios abrazado entre tus piernas, haciendo sudar la tensión. Cuando el viento no tenía valor de entrar en nuestra habitación y se sentía ruborizado del reflejo de tu mirada perdida, en el infinito de ese techo que nos miraba envidioso.
El sexo que se escondía el el rojizo de tus mejillas y el mayor placer era simplemente verte sonreír.

Aquella mínima distancia entre nuestros cuerpos ahora es infinita, entre muros de historias perdidas y conversaciones con monosílabos. Las tardes dedicadas a conocerte, a saber de ti, terminaron siendo un inútil intento de reconocer la verdadera belleza ahora desconocida en una persona que al cruzarse, no logra reconocer los ojos que recorrieron su cuerpo, haciéndola eterna...

Llegaste a ser la musa que inspiró unas líneas hoy perdidas en paredes, clavadas en un difuso recuerdo.
Pienso en pedir perdón por no saber saborear aquel último beso, pensando que sería la continuación de otro capítulo en la vida que compartían dos vidas que pensaban hacer de la noche el amanecer del sol calentando una pasión dentro de una habitación, entre velas que alumbraban cada curva de tu cuerpo.

Seguramente ahora estés diciendo al oído de un nuevo compañero aquellas palabras que me recitabas, pienso en el mismo momento en el que una foto me pregunta por ti. Seguramente ahora arriesgas tus tardes en pos de otros, cuando por mi parte el mayor sacrificio fue quererte.

Seguramente no recuerdes nada de lo que te recité con el corazón entre manos, seguramente no pienses en la continuación de la historia. Pero aquí me encuentro, rompiendo la página en la que apareces, queriendo superar un pasado, mientras la doblo y la guardo en el bolsillo de la camisa, junto al corazón que marchó.

Porque mientras no estés, mientras no vuelvas... mi persona seguirá ausente.

2016-04-29

Sus ojos color calma

"Era una mirada directa, era una fuerza muy dulce, era la muestra de la calma entre el fuego.
La pasión entre suspiros, la manera hacerte sentir relajado con un solo parpadeo.
Ojos que miran más allá de una imagen, encuentran donde otros no ven, ven lo que otros no perciben. Transmiten lo que pocas palabras expresan.

Sonrisas, abrazos, reflexiones... ¿qué sentido tiene el camino si no se comparte?
No es el qué se dirá, es el cómo. Nadie quiere abrir tus heridas, nadie quiere herir donde te duele, en cambio existe quien posee el valor de abrir esa cicatriz para conseguir curarla de raíz. Pocas palabras te saben destrozar, para construirte más fuerte. Pocas manos son capaces de calmar un furioso océano como las correctas, pocas compañías son capaces de aportarte la fuerza suficiente para combatir cualquier adversidad.

Porque en ocasiones, comunicaba un silencio lo que debería la voz.
Porque me llego a decir más un cerrar de ojos que su propia mirada.
El sexo en las sonrisas, el placer del susurro, la satisfacción del silencio.

Y mirando al mismo punto compartimos sueños despiertos, y cerrando los ojos volamos hacia el mismo cielo, compartimos inspiración entre versos y melodías.

Comenzó a significar más la canción sin mí, con sus ojos en cada estrofa y su sonrisa protagonizando el estribillo. Me permití bailar entre los silencios de las notas de su garganta, aquellas que hacían mecer las ramas de los árboles, hacían florecer las rosas mientras el aroma hacía de su imagen una diosa.
Quise incluir los acordes de mis caídas en sus alzares, quise añadir melodías de decepciones y tristeza en sus perfectos gestos de ilusión, pues incluyéndole en las letras todo cambiaba e iluminaba el final de cada tema.

Simplemente, me inspiró su silencio, su ausencia, la falta de sus palabras, el interminable momento de esperar el siguiente abrazo... Me inspiró su mirar, cuando no era presente."



2016-04-08

Vuelven a cruzarse

"Vuelven a cruzarse por la calle.
Esos dos completos desconocidos que una vez fueron uno la parte del otro.
Firme espalda, gesto serio y plano, ocultando las dudas del saber cómo le irá la vida. Qué será del fragmento que una vez completó su interior. No saber reaccionar cuando escucha las mismas palabras con otro receptor. Le tiemblan las piernas al pensar que aquella lucha no fue perdida, sino abandonada. No hubo opción de defender aquello por lo que tanto dio.

¿Qué pensar de aquellos desconocidos que se conocen de toda una vida?
Apenas meses atrás jugaban a ver el futuro, prometían compartir sonrisas sin saber que no sería unidos. Imaginaban y deseaban el sexo ahora ausente, entregado en misma cantidad a otros. La pasión que sentían cuando una simple caricia rozaba una espalda, la misma que contó no en centímetros, sino en besos. Aquellos 24 besos desaparecían como horas del día, las cuales se repiten al salir nuevamente el sol, pero con diferentes planes, diferente clima... diferente compañía.
Conocía sus gustos y aprendió a cocinar esos platos que ahora no come, pues más que llenar, le muestran el vacío que tiene en su interior. Conoce las canciones a la perfección, esas que teme oír. Cada acorde le llevan a un mal recuerdo, de un muy buen momento.

Pocas compañías encontró comparados con los bares que frecuentó. Poco cuidaba la sonrisa que bañaba en alcohol cada fin de semana, la misma que ahogaba en otros labios, los mismos que le contestaban la sonrisa con otra igual, acompañada de varios mordiscos.
Tanta tensión en el momento en la que desnudaba aquel cuerpo al que no le quitaba la ropa, aquella persona de la que conocía cada esquina de sus miedos y cada fractura de sus penas.

Dos fragmentos del mismo puzzle, rompiéndose la cabeza por encajar en otros vacíos.
Dos miradas que cuanto más se atraen, más se separan.

Dos historias, dos capítulos enlazados, de los que no saben si arrepentirse escribir.
Pendientes quedaron los dos versos que se debían, pendiente el saber terminar el cuento sin arrancar las hojas.

Vuelven a cruzarse por la calle dos completos desconocidos que compartieron todo."

2016-04-05

Odio

"¿Qué nos une más a algo que el simple hecho de odiarlo? ¿No es verdad que cuanto menos nos guste cualquier situación, es cuando más atención le pondremos?

Es sorprendente la capacidad que tienen las personas de atarse a lo que realmente les daña, les hiere o les perjudica. Es fascinante la manera en la que alguien centra su atención en aquello que desea olvidar, en aquello de lo que se quiere desprender.
Malos recuerdos, malas vivencias, relaciones perjudiciales... todo ello es lo que nos marca un antes y un después, todo ello es lo que nos puede hacer cambiar la manera de ver todo aquello que nos rodea.

El punto en el que la rabia invade tu cuerpo, transpiras tensión y arde tu mirada. Ese instante en el que cualquier objeto dentro del rango de tu visión se convierte en blanco de odio e ira. Ese suspiro que, tras dejar estallar la adrenalina, te das cuenta de la vulnerabilidad que nos invade.
Tan complejos, tan ocultos, tan protegidos en armaduras creadas con la intención de proteger aquello que una vez fue destrozado por algo, por alguien... o incluso por ti mismo. 

Nunca queremos deshacernos de dicha armadura, por mucho que pese en ella el pasado, la pesadilla que tiempo atrás te hizo temer, desconfiar, querer olvidar. Tan amarrados a las armas que nos dañan, por el simple hecho de así sentirnos tan humanos... Esa sensación de creer que el tiempo comenzará a correr hacia atrás y tendremos la oportunidad de enmendar el error cometido, el error al que nos aferramos.
Odiamos nuestra manera de actuar, odiamos nuestros impulsos, odiamos lo que somos capaces de hacer en varias situaciones... pero aun así, nos mantenemos unidos a aquello que más de una vez hemos querido olvidar. Porque esa lucha parece ser la única que podemos afrontar, porque en realidad, ese odio o miedo es simplemente, otra manera de querer.

No buscamos sufrir, no buscamos pasarlo mal ni volver a salir dañados. Solo queremos volver a sentir lo que en aquel momento sentíamos, ser tan libres como entonces.
¿Y acaso no hay maneras de volver a serlo, caminando por un nuevo sendero?

Suena irónico, pero ante cuántas situaciones hemos sido valientes simplemente por tener miedo, hemos sido fuertes por estar débiles.

¿Qué nos hace querer luchar? ¿Cuál es la razón por la que queremos tener ese recuerdo en nosotros?

Las batallas, son las que están por llegar, y en ellas es donde las victorias pueden ser duraderas. En el pasado solo encontraremos lecciones, que de no emplearlas bien, no serán más que obstáculos en el camino.

¿Lucharás por lo que viene?
Haz del odio, una nueva manera de querer."

2016-02-25

No oses compararte

"¿Cómo poder lograr llegar a ser el más grande?
¿Cómo poder superar los límites que nos imponen?
¿Cómo poder considerarte el mejor?

Nadie nace siendo el mejor o con unas características inhumanas, superando cualquier cualidad de manera natural, pero en el fondo, todos somos genios. Todos podemos crecer hasta ser capaces de superar cada reto que se nos proponga, todos somos capaces de enfrentarnos a cada adversidad.
Pero también somos capaces de ralentizar o de obstruir el camino que nos lleve hacia una única gloria, hacia nuestra gloria.

Todo genio comienza a ser limitado en el momento en el que comienza a compararse.
Un artista tiende a fallar en el momento en el que quiere ser más que alguien.
'¿Acaso no nos enseña la sociedad que la única manera de destacar en cada cosa es siendo mejor que alguien?' creemos entender, cuando en realidad deberíamos aprender a ser los mejores, sin incluir a nadie más en nuestros objetivos.
Cada persona es un mundo y cada uno tiene muchísimas virtudes y defectos, pero cuando iniciamos una comparación es cuando destacamos más nuestros defectos ante las virtudes de otras personas. Desde ese momento frenas tu capacidad de crecimiento, haciendo de la superación una misión más que difícil. No puedes querer ser más que alguien, cuando ambos tenéis vuestras características tanto positivas como negativas.

¿En qué se halla el lograr ser el mejor? ¿En qué se basa el aprendizaje o la evolución de un artista?
En la única misión de querer superarte a ti mismo.
No va a haber otro factor sino tus prejuicios y limitaciones, que te harán dejar de creer en varias cosas en las que estés involucrado, pero no existe nadie que más vaya a ayudarte y a animarte que tu propia persona.

Una vez un gran artista le dijo a otro: "No necesitáis comparar vuestro talento con nadie. Ya sois un genio. Comparad vuestro arte con vos mismo. Solo así os superaréis una vez más". Y de esa manera logró ser inmortal, sabiendo luchar contra su propia crítica y enseñando que el mayor rival se esconde en ti.
Solo las ganas, la perseverancia y el creer en ti harán de cada objetivo un pequeño reto a superar.

¿Vas a dejar que otros sean factor a la hora de tu mejora o batallarás por tus cualidades y por lograr que sean las mejores en ti?
Dentro de cada uno se esconde un gran artista, solo nuestras ganas de sacarlo harán que sea una enorme influencia en comparación con otros, o el mayor ejemplo del arte."

Es lo desconocido

"Son dos sueños hechos realidad. Son dos lunas fijándose en un mundo. Son dos diamantes, son sus ojos.
Es la sonrisa que esboza cuando no entiende lo que sucede.
Es la mueca en su mejilla, es la manera de fruncir el ceño cuando se mete contigo.
Es cada broma acabada en abrazo, es cada pique finalizado en beso.

Son las caricias, son los sentimientos en carne y hueso.
Es el calor que producen sus palabras.

Es el pensar en la belleza de su existir, es el pensar en ella. ¿Pero quién dijo que fuera real?
Siempre buscada, siempre admirada, siempre inspirando las líneas más difíciles pero a su vez más simples. Siempre creando una atmósfera tranquila. Siempre haciendo de cada tensión una calma.
Es el echarla de menos sin siquiera conocerla. Es el querer verla cuando no hay nada que mirar.

¿Cuál es la razón de cada escrito? ¿Cuál es el objetivo de cada palabra? Puede ser el conquistar, el atraer, el llamar la atención, el obtener su atención, el mostrar sentimientos, el tener miedo a hacerlos visibles. Tanto intimida, que eres capaz de dañarte a ti con tal de no sacar nada que le perjudique a la persona que te inspira, a la persona que te enseña... a la persona de la que sabes todo sin haber hablado con ella.

No entiendes lo que es hasta que lo vives. No comprendes la dificultad hasta que te arriesgas.
No comprendes la caída hasta que te lanzas.

Lo único que te sujeta es el saber que pase lo que pase, estará ahí."

2016-01-28

¿Cuándo recibiste el último poema?

¿Cuándo dejaste de escribir? ¿Cuándo dejaste de sentir?
¿Cuándo fue la última vez en la que inspiraste unas líneas? ¿Cuando fue la última vez en la que alguien rimó por ti?
¿Cuándo escuchaste por última vez tu nombre como descripción de musa? ¿Cuándo te escribieron y recibiste el último poema?

Días de frases cortas, días de frases breves. La época del simplificar, del casi no demostrar. La época en la que el querer se esconde tras dos fotos hechas en un momento y mucho tiempo tras una pantalla, aun estando sentados al lado. Momentos en los que se dejó de coger de la mano por sostener el móvil con ella.
¿En qué momento se dejaron de decir los te quiero a los cuatro vientos, o en un simple susurro?
¿En qué momento se cambiaron los detalles y los regalos por un par de saludos?
¿En qué momento se dejó de escribir para la persona a la que se quería?

¿Cuándo supiste por última vez que inspiraste algún dibujo, alguna melodía, alguna fotografía o alguna línea?
Hacerte sentir musa, hacerte luz de una oscuridad a veces eterna.

A veces se extraña la razón, se extraña el qué, cómo o a quién dedicar tus trabajos. Pero en otras ocasiones aparece, cual brisa entre los árboles, la causa que te hace volar.

"Echo de menos las jornadas con tu aroma, 
el despertar de la cama, el descansar de tu ropa.
Los bailes eternos entre mareas,
los besos y poemas de tus caderas.

Echo de menos el no dormir por tu causa
el ser nocturno soñador, de tener en ti mi casa.
Echo de menos el no tener la culpa,
el no empezar lo que no acabó nunca.

Echo de menos el saber lo que digo,
quiero buscar en tus brazos mi abrigo.
Echo de menos el querer echarte de menos,
el darme cuenta que sin ti, no resto".

2016-01-03

Perdóname si querer no es poder

"De verdad que yo te miro y veo en ti un ángel caído,
te aseguro que me sentiré,
como en un parque perdido paseando hasta el olvido,
sin poder saber volver.

No me riñas cuando digo que no quiero tus caricias,
no me llores si tu nombre no sé,
pues mi culpa no ha sido que se acaben ya los días
en los que supe quién es,
la persona que cada vez que sale el sol
me dice te quiero con dulce voz,
esperando que en algún amanecer
le conteste "y yo".

Cada día se complica el vivir sin saber dónde
cada día duele más mi ser.
Pues por mucho que yo quiero y que intento recordarte
siento, que no voy a poder.

Veo que de verdad te importo cuando un hombre te comenta
que los días que me quedan son oscuros.
Que no encuentro luz alguna en estos días de tormenta
y veo, que aunque yo no sufro
la almohada amanece siempre mojada
de llantos en la noche, de penas contagiadas
del sentir que tú me quieres, aunque yo no sepa nada.

Cada día un niño viene y me saluda sonriendo,
dice "yayo, ¿qué tal estás?".
No recuerdo esa persona pero siento que me suena
la sonrisa que siempre me da.
Y le ofrezco volverse con su mamá...

La que dice que es mi hija, la que cuenta, soy su padre
la que quiere que la logre recordar.
Te prometo que lo intento, te aseguro que me esfuerzo, pero,
no logro estar, cómodo entre tanta soledad.

Pues si todos me conocen, pues si todos luchan siempre,
veo que soy por el que todo lo dan.
No me gusta estar tan solo rodeado de mi gente,
sin saber quién es cada cual.
Y me duele saber que cuando me vaya, sufrirán.

Me he perdido en el camido del recuerdo y de la vida,
me he perdido en el saber quién soy.
Pero antes de irme veo que a mi lado está mi esposa,
que me dice "no te preocupes, aquí estoy",
Le contesto que le quiero, que recuerdo sus caricias
y sin rumbo, ya me voy...

Queriéndome quedar, queriendo saber más... y sin poder."