"Hoy vuelve a inspirarme y regresa a mi mente, musa desapercibida, sonrisa destacada. Hoy se abre camino entre zarzas de malos recuerdos y llega a mi vida. Hoy me hace volver a sonreír y creer en el querer, hoy llama a la puerta de mi corazón, hoy llama a mi puerta.
No dudé y estuve convencido desde un primer momento, perfecta mirada, perfecta sonrisa, perfecta sensación de alegría contagiada, perfecta imperfección en sus más bellos desastres. Desesperantes rutinas que hacen uno de los más bellos desórdenes, hacen una de sus más bellas reacciones. Seriedad, felicidad. Rabia en calma. Dulzura en lo más profunda de su grosería. Hoy llama a mi puerta.
Me vi rodeado de oscuridad, me vi envuelto de temor y miedo, de inseguridad y duda, pero al abrirle la puerta logró que la brisa rozara mi cuerpo, calmara mi alma. Es la musa a la que tanto escribí, es la diosa a la que tanto recé. Es la mágica representación de lo mejor de cada valor. Es la simpatía en su saludo, es la alegría en su mirada, es el calor en su abrazo. Es, simplemente, la musa que llama a mi puerta.
Mil cartas tengo perdidas en cajones, con temor de ser leídas, con temor de expresar lo que sienten y no lograr decir realmente nada, pero la verdad, merece la pena arriesgar por quien realmente vale. Estoy dispuesto a perder todo cuanto tengo por verle nuevamente sonreír, por verle nuevamente ser feliz. Simplemente, por verle.
Estaría dispuesto a sacrificar mi pasión, estaría dispuesto a dejar de escribir solo para poder dedicarle a ella todas y cada una de mis palabras.
Gracias a ella, logré tener valor para poder continuar herido, para seguir luchando aunque mis sentimientos estuvieran hechos pedazos, porque un solo abrazo suyo hizo unirse a todos los fragmentos partidos de mi corazón. Porque pocas palabras suyas, hicieron volver a latir un sentimiento de agrado y emoción.
Porque todo lo hizo esa pequeña musa que sin temor ni aviso previo, llamó a mi puerta."
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