"¿Cuánto tiempo necesita un árbol para crecer? ¿Cuánto un bosque para florecer? Echemos que son siglos, calculemos que son muchísimas generaciones las que pueden ver un mismo vegetal.
Bajo los bosques, bajo las verdes hojas, o sobre las marrones y marchitas que cayeron en un otoño se vivieron miles de experiencias.
¿Quién no tiene un grato recuerdo rodeado, o cobijado por un árbol? Siempre hemos sido abrazados por estos seres vivientes que nos proporcionan lo necesario para vivir, y pocas veces nos damos cuenta de lo que pueden llegar a significar. Son los pulmones de todo humano, y en cambio, lo único que los humanos hacen con ellos, destrozarlos y acabar con su hábitat en multitud.
¿Alguna vez habéis plantado un árbol? ¿Alguna vez habéis tenido que preocuparos del cuidado de uno de ellos? Es algo gratificante, y al final, da sus frutos.
Pero ahora recapacitemos, pensemos e imaginemos. Miles de parejas habrán comenzado sus relaciones bajo ellos; miles de nombres han sido tallados en sus troncos, infinitos recuerdos se hallarán entre las hojas que cada año se renuevan y vuelven a dar paso a nuevas experiencias, millones de animales son los que cobijan y tienen bajo sus ramas.
¿Y si todo eso desapareciera en segundos? ¿Y si en un momento no tuvieras el lugar de esos recuerdos, esas marcas, ni el hogar de esos seres?
Es lo que sucede con cada incendio... Cada miles de hectáreas que se queman, millones de recuerdos, de marcas, de animales... se marchan con ellos. Años y siglos de trabajo, consumidos en sólo unos segundos.
Es una experiencia que nos marca a todos, seamos o no conscientes de ellos. Pues con cada árbol que desaparece, es una bocanada de aire menos que poseemos..."
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