¿Arrepentimiento? Puede ser tarde.

"¿Quién es capaz de cortar las alas a un ángel, no permitiéndole así volar?
¿Quién es capaz de inmovilizar las patas a cualquier animal que acostumbra a correr por grandes senderos?
¿Quién es capaz de arrebatar aquella cosa más valiosa que el humano posee?

Tanto se habla del tema, tantos casos se halla uno a diario, y aún así, parece que el mundo continúa haciéndose el ciego ante semejante barbaridad. Se sigue pasando de cada historia salida a la luz, por el mero hecho de que no se ha llegado aún al extremo. Eso si, cuando llega a tal punto, todos apoyan a aquellas personas que sufren de ello, y les homenajean. Pero pasados los dos días, todo olvidado, ¿no?

Tantos son los silencios gritados al alba entre lágrimas, por la razón de no despertar al demonio que les hace del día a día una rutina de sufrimiento. Tantas las sonrisas expulsadas ocultando un dolor comparable al de cientos de golpes... Siempre serán presas del miedo, siempre serán víctimas de la avaricia, del poder, y del egoísmo, pues esos seres horripilantes no entran a razón.
¿No pueden ver cada lágrima cayendo sobre el suelo? ¿No pueden ver cada gota de sangre manchando su ropa? ¿No pueden ver que aquello que dañan, es aquello que querían hace poco?
Son ciegos, son inhumanos. Solo son el resultado de lo que se denomina el retroceso en nuestra evolución.

Cuando actúan sin sentido común, sin poder razonar ni reflexionar. Cuando sólo se dejan llevar por el odio que poseen hacia si mismos, es cuando puede llegar el final del sueño, y el comienzo de su pesadilla.
Sobre ellos se halla tendido el cuerpo que una vez les hizo felices. La persona que una vez logró que se sintieran lo más querido del mundo, y que teniendo en cuenta cada circunstancia, nunca les abandonó.

Ahora son sus lágrimas las que se derraman por su mejilla. Es su ropa la que mancha la sangre caída...
Son sus golpes los que han hecho de su amor, una historia acabada demasiado pronto. Una historia cuyas páginas fueron arrancadas y tachadas, no dejando así leerlas a terceras personas.

Es el momento en el que los demonios comienzan a recorrer su cuerpo. Arrepentimiento es lo único que sienten, pero, ¿acaso no pudo surgir antes? Siempre se darán cuenta, cuando sea demasiado tarde.


Lo malo, y realmente triste es que casos como éste, podrán encontrarse en cualquier lugar. Silenciados a base de amenazas. Y eso, es lo que hay que intentar evitar. No llegar a ese comportamiento primitivo que solo causa daños.
Una sociedad ciega, que solo nos hace preguntarnos:
¿Cuándo llegará el momento de actuar? ¿Cuándo comenzarán a darle importancia?"