"Es solo ver para hacer. Es solo coger como referencia para guiarte en tus actos. Es tener una persona que sin palabras te enseñará a caminar por donde debes, con la seguridad del más tranquilo de los viajes.
Es la mentalidad, la manera de vivir que poseen los más jóvenes de nuestras calles, en especial, muchos niños. Los adultos que les rodean son el ejemplo a seguir para ellos, son la manera visual de los miles de valores que se les ha mencionado durante su vida, y no hay duda en el que harán todo lo posible por lograr ser como esos cercanos ídolos que poseen en su entorno. Padres, hermanos, amigos, conocidos, monitores, entrenadores, profesores... todos son alguien admirable para ellos; alguien de quien tomar las mejores costumbres.
Pero puede que no sea ese el único momento en el que nos basamos en otra persona para tomar un ejemplo, pues si viajamos hasta el momento de la adolescencia comenzamos a ver situaciones de constantes comparaciones, y no de fines.
¿Cuántas veces alguien en vez de ver un logro e intentar llegar a él o superarlo, lo ha comparado con su situación actual y ha perdido ánimos de seguir intentándolo? ¿Cuántas veces alguien a visto cómo es una persona (ya sea física o psicológicamente) y ha recurrido a la comparación consigo mismo, creando la reacción final de la falta de ánimo o incluso de los complejos?
Hemos llegado a dejar de tener 'ejemplos a seguir' por tener 'gente superior a nosotros', y en ese momento comenzamos a fallar en nuestra mejora personal. No podemos pretender tener todo lo que deseamos en un abrir y cerrar de ojos, y menos todavía tenerlo sin sudar una sola gota.
¿Acaso se puede llegar a creer que esas personas lograron ser lo que son o lograron tener lo que tienen sin esfuerzo alguno? En ello nos tenemos que fijar. Cómo día a día fueron capaces de dar la cara ante sus adversidades para poder lograr sus sueños, eso sí, sin miedo a fallar.
Los jóvenes y adultos desarrollaron hasta niveles inimaginables el miedo por fallar, porque les enseñaron que el errar era lo equivocado. Y, ¿no se ve en los niños, que errando aprenden? ¿no nos enseñan ellos que si de alguna manera logran crecer, es cayendo una y otra vez?
¿Por qué no tomamos por una vez nosotros a las personas más jóvenes como ejemplo, y nos permitimos aprender de los errores? Todo logro surgió de miles de fracasos, todo buen invento y buen descubrimiento se consiguió tras cientos de fallos.
No puedes comparar a alguien que ha triunfado contigo, si aún no has logrado fallar tantas veces como lo hizo esa persona. No puedes limitarte a ver su resultado, sin conocer su camino.
No aprendimos a andar sin caernos una sola vez, y esos pasos los damos para con más caídas, lograr llegar a nuestra meta, nuestros sueños."
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